Boletín
Comunidad Horeb-Carlos de Foucauld
Amistad e Intercesión ecuménica
Nº 4 – Diciembre - AÑO 2010
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Iglesias orientales: la Iglesia de tradición alejandrina
Coptos y etíopes, el rostro africano de Oriente ROMA, jueves 13 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- La cuarta tradición que veremos hoy es la alejandrina, de la que proceden las iglesias copta y etíope. Se llama así por proceder de Alejandría (Egipto), otro de los grandes centros históricos del cristianismo desde la antigüedad.
Alejandría fue evangelizada, según la tradición, por san Marcos, y se convirtió rápidamente en un foco de expansión del cristianismo en el norte de África, sufriendo persecuciones y martirio, especialmente bajo Diocleciano.
Con la libertad del cristianismo, y hasta la invasión musulmana, Alejandría vivió una etapa gloriosa como centro teológico (la famosa escuela de Alejandría, que dio autores como Cirilo, Orígenes o Atanasio) y monástico (san Pacomio).
La ruptura con la comunión de Roma se produjo también a raíz del Concilio de Calcedonia, como señala el experto Pier Giorgio Gianazza, por enfrentamientos con los bizantinos. La mayor parte de los cristianos egipcios rechazó Calcedonia, y se constituyó en una Iglesia autocéfala, conocida como “copta” (que viene de aigyptos, egipcio), mientras que una minoría pasó a la Iglesia greco-melquita.
Posteriormente, en el siglo XIII, gracias a la presencia de misioneros franciscanos latinos, se intentó una reunificación con Roma, que como en el caso de las demás iglesias orientales, fue ratificada por el Concilio de Florencia, pero que nunca entró en vigor.
Debido a la presencia musulmana, esta Iglesia ha vivido durante siglos aislada del resto de la cristiandad, en periodos alternados de calma y de persecución. Su liturgia, según Juan Nadal Cañellas, es la que más influencia ha conservado del judaísmo.
Entre sus características, cabe señalar que entre los coptos aún se practica la circuncisión, aunque no es obligatoria, y que los fieles entran descalzos en el templo. En los tiempos litúrgicos fuertes practican un ayuno muy riguroso.
En general, explica Nadal Cañellas, debido a haber nacido en una sociedad de monjes y eremitas, este rito se caracteriza por ser muy solemne, profundo y monótono, y por celebraciones muy largas.
Por su parte, el origen de la Iglesia etíope se confunde con la leyenda: ya antes de Cristo, existía entre los etíopes la convicción de que su reino fue el fruto de la unión entre Salomón y la reina de Saba, cuyos hijos robaron el arca de Jerusalén y se la llevaron a Axum.
En cualquier caso, existieron influencias semíticas evidentes desde la antigüedad, como la lengua litúrgica, el ge'ez, y la existencia de comunidades judías.
También la historia del nacimiento del cristianismo es legendaria: los relatos protocristianos etíopes hablan del eunuco de la reina Candace, evangelizado y bautizado por san Felipe, quien al volver a su país habría propagado el cristianismo.
La primera noticia histórica viene del siglo IV, cuando el Patriarca de Alejandría consagró como primer obispo etíope a san Frumencio. Por tanto, la iglesia etíope nació como jerarquía vinculada a la copta. Su patriarca lleva el título de Abuna.
De hecho, la liturgia etíope es muy semejante a la copta, pero adaptada al ritmo, la imaginación y la musicalidad africanas. También practican la circuncisión.
Iglesia copta católica
La presencia de los cruzados entre los coptos no fue del todo grata. A pesar de ello, y gracias a las distintas misiones franciscanas, que perduraron, y entre los siglos XVII y XVIII hubo un pequeño pero significativo número de conversiones, que llevaron a Benedicto XIV a crear un vicariato para ellos en 1741.
El Patriarcado católico se creó en 1899 con Cirilo II, quien a los pocos años rompió con Roma y se volvió a la Iglesia ortodoxa. El Patriarcado quedó vacante hasta 1947, después de la Segunda Guerra Mundial, cuando Pío XII nombró a Marcos Khouzam.
Su actual Patriarca es Antonios Naguib, y tiene la sede en El Cairo. Agrupa a unos 210.000 fieles, la mitad de ellos fuera de Egipto, según el Anuario Pontificio de 2008.
La relación entre las Iglesias coptas ortodoxa y católica, según el experto Pier Giorgio Gianazza, no es demasiado fluída, pues aparte de diferencias eclesiológicas, existen divergencias de vario tipo, como la cuestión del purgatorio o la inmaculada concepción, entre otras. Sí ha habido contactos de los patriarcas ortodoxos con Roma, especialmente en los años 70 entre Pablo VI y Shenouda III.
Iglesia etíope católica
También existe una iglesia católica de rito etíope, aunque su historia es muy distinta. Algunos franciscanos lograron llegar al país en el siglo XIII, en busca del legendario “Preste Juan”. Sin embargo, no se estableció un contacto estable hasta la llegaba de misioneros jesuítas, encabezados por el padre Pedro Páez, ya en el siglo XVII.
Este misionero, apoyado por los portugueses, logró convencer al emperador abisinio Susenyos de que se pasase a la obediencia de Roma. Sin embargo, los sucesores del padre Páez, llevados por un celo excesivo, quisieron latinizar a los etíopes, y fueron expulsados.
El contacto con los misioneros lazaristas franceses, durante el siglo XIX, especialmente san Justino de Jacobis, permitió la supervivencia de una pequeña comunidad etíope unida a Roma, que en 1930 recibió el rango de archieparquía y que tiene su sede en Addis Adeba. Tiene unos 150.000 fieles.
El ecumenismo no es “negociar un acuerdo”, asegura el Papa
Discurso al Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos
CIUDAD DEL VATICANO, jueves 18 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).-El diálogo ecuménico no tiene los objetivos "políticos" de llegar a "compromisos aceptables" entre las diversas confesiones cristianas, sino "la unidad en la verdad", asegura Benedicto XVI.
Así lo afirmó este jueves en el discurso que dirigió a los participantes en la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, que celebra sus cincuenta años de vida, en el que recordó que la unidad no la "hacemos nosotros", la "hace" Dios.
"Aun en presencia de nuevas situaciones problemáticas o de puntos difíciles para el diálogo, la meta del camino ecuménico sigue inmutable, como también el firme empeño en perseguirla", aseguró el Santo Padre.
"No se trata, sin embargo, de un empeño según categorías, por así decirlo, políticas, en las que entran en juego la capacidad de negociar o la mayor capacidad de encontrar compromisos, por lo que se podría esperar, como buenos mediadores, que tras un cierto tiempo se llegue a acuerdos aceptables para todos".
"La acción ecuménica tiene un doble movimiento", aclaró.
Por una parte, explicó, está "la búsqueda convencida, apasionada y tenaz para encontrar toda la unidad en la verdad, para idear modelos de unidad, para iluminar oposiciones y puntos oscuros para alcanzar la unidad".
"Y esto en el necesario dialogo teológico, pero sobre todo en la oración y en la penitencia, en ese ecumenismo espiritual que constituye el corazón latente de todo el camino: la unidad de los cristianos es y sigue siendo oración, habita en la oración".
En segundo lugar, citó "otro movimiento operativo, que surge de la firme conciencia de que nosotros no sabemos la hora de la realización de la unidad entre todos los discípulos de Cristo y no la podemos conocer, porque la unidad no la 'hacemos nosotros', la 'hace' Dios: viene de lo alto, de la unidad del Padre con el Hijo en el diálogo de amor que es el Espíritu Santo; es un tomar parte en la unidad divina".
Según el Papa, "esto no debe hacer disminuir nuestro compromiso, al contrario, debe hacernos cada vez más atentos a captar los signos de los tiempos del Señor, sabiendo reconocer con gratitud lo que ya nos une y trabajando para que se consolide y crezca".
Al concluir, el obispo de Roma reconoció que "también en el camino ecuménico se trata de dejar a Dios lo que es únicamente suyo y de explorar, con seriedad, constancia y dedicación, lo que es tarea nuestra, teniendo en cuenta que a nuestro compromiso pertenecen los binomios de actuar y sufrir, de actividad y paciencia, de cansancio y alegría".
En su saludo al Papa durante la audiencia, el arzobispo e inminente cardenal Kurt Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, explicó que esta audiencia celebraba tres grandes fechas para el ecumenismo.
El centenario de la Conferencia Mundial sobre la Misión, celebrada en Edimburgo y considerada como el inicio del camino ecuménico en el siglo XX, los cincuenta años de la creación del Consejo Pontificio que preside, y el inicio del nuevo Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización.
Para el nuevo purpurado suizo esta última decisión del Papa está íntimamente ligada a la promoción de la unidad de los cristianos, y manifestó su intención de "poner el compromiso ecuménico plenamente al servicio de una nueva divulgación de la fe en nuestras sociedades ampliamente secularizadas".
Yahya Pallavicini: “Los musulmanes europeos viven su fe con mayor naturalidad en un Estado con identidad cristiana”
Publicado en Vida Nueva el 10.12.2010
Vicepresidente de la Comunidad Religiosa Islámica de Italia
Existe un islam europeo; representa una dimensión espiritual, doctrinal y ritual del islam tradicional en armonía con el contexto de una sociedad moderna, democrática, multirreligiosa y multicultural, sin guetos ni extremismos y con una sensibilidad por el principio sagrado de la vida y por el respeto a la creación”. Yahya Pallavicini, vicepresidente de la Comunidad Religiosa Islámica (Coreis, principal agrupación de los musulmanes transalpinos) y uno de los imanes más respetados de Italia, es uno de los rostros de ese islam europeo. Impulsor de “Una palabra común” (iniciativa de diálogo entre musulmanes y cristianos), asesor de varios Gobiernos occidentales para la integración de los inmigrantes islámicos y la lucha contra el radicalismo, y consultor de la Alianza de las Civilizaciones, acaba de publicar en Italia un libro analizando la sura del Corán sobre la Virgen María.
¿Existe un islam europeo? ¿Cuáles son sus características?
Sí, existe en la sociedad contemporánea desde hace generaciones y en la historia de nuestro continente desde hace siglos. El pueblo occidental ha desarrollado relaciones y conflictos con los musulmanes en Oriente con resultados positivos y negativos en lo comercial, político, cultural y religioso. Desde el siglo pasado viven en Europa familias de musulmanes autóctonos e inmigrantes que estudian, trabajan, aman y rezan junto a europeos de otras religiones, culturas y profesiones. El islam europeo se caracteriza por saber representar una dimensión espiritual, doctrinal y ritual del islam tradicional en armonía con el contexto de una sociedad moderna, democrática, multirreligiosa y multicultural, sin guetos ni extremismos y con una sensibilidad por el principio sagrado de la vida y por el respeto a la creación y a todos los creyentes.
¿Dónde se sienten mejor los musulmanes europeos: en un Estado con una identidad religiosa clara o en un Estado laico?
Cuando los musulmanes viven en un Estado con una fuerte identidad cristiana pueden encontrar una mayor sintonía fraterna y vivir su fe con mayor naturalidad y comprensión, en una integración armoniosa entre responsabilidad religiosa y civil. En cambio, cuando viven en un Estado laico tienen que aprender a dialogar con las instituciones para presentar su derecho de libertad religiosa y trabajar para obtener la salvaguarda de su culto y de la organización de la propia confesión religiosa en el marco del pluralismo religioso y el respeto de las leyes. Los problemas nacen cuando un Estado confesional tiene una política discriminatoria frente a una religión en particular o cuando un Estado laico niega a los creyentes la práctica de su religión, convirtiéndose en un Estado totalitario y ateo.
¿Es el islam una parte de la cultura occidental?
Algunos intelectuales como Ibn Sina, Ibn Rushd e Ibn ‘Arabi y científicos como Al-Idrisi e Ibn Battuta, todos musulmanes, han contribuido con su saber a la filosofía y la sociedad europea, y al desarrollo de una sensibilidad espiritual y un progreso en la vida de los europeos.
¿Es posible la integración total para un inmigrante musulmán en la sociedad europea o norteamericana?
El imán con José M. Durao Barroso
La integración será completa si no se pretende una asimilación radical o que reniegue artificialmente de sus raíces históricas y culturales. Ser plenamente europeo o norteamericano significa participar activamente con todas las facultades intelectuales propias en el crecimiento del sistema occidental, así como en la realización compartida de un bien común en el que todos los ciudadanos se enriquecen respetando los principios universales de la ética y de la solidaridad. La educación intercultural y el diálogo interreligioso son algunas de las características de la sociedad europea que acoge occidentales y orientales desde Marruecos hasta Japón, Canadá o Nueva Zelanda, sin perder nunca su propia identidad.
¿Por qué se dan casos de violencia familiar contra mujeres e hijas de inmigrantes musulmanes que quieren integrarse en la sociedad occidental?
Toda violencia está causada por la ignorancia. La violencia contra mujeres adultas o jóvenes es un signo de barbarie y prepotencia y no puede excusarse nunca en razones religiosas, culturales o familiares. Desgraciadamente, la ignorancia y la prepotencia a veces instrumentalizan motivaciones culturales o incluso religiosas, pero se trata de un falso uso de la cultura y de la religión y de un modo deshonesto de afrontar la ignorancia y maldad propia.
¿Piensa que en Europa hay islamofobia?
El miedo al islam y el antisemitismo son símbolos de la decadencia cultural de una minoría de europeos que intenta promover el exclusivismo cultural, étnico o religioso para justificar un monopolio de poder y de fe. Miles de cristianos durante las guerras entre los católicos y protestantes; millones de judíos durante la guerra racista de los nazis y miles de musulmanes en Bosnia han sido víctimas de limpiezas étnicas o de guerras fraticidas promovidas por corrientes totalitarias y arrogantes. En muchos países europeos hay líderes políticos que basan su éxito en la provocación de un conflicto psicológico basado en las reivindicaciones de identidad.
¿Por qué es importante el diálogo interreligioso para los musulmanes?
Es importante para todos los creyentes, ya que se trata de un momento para profundizar en la espiritualidad y realizar una reflexión doctrinal. En estos tiempos es muy útil para afrontar fraternalmente los desafíos y las crisis internacionales.
¿Cuáles son los resultados concretos de proyectos de diálogo como la Alianza de Civilizaciones o el de “A Common Word” (“Una palabra común”)?
La Alianza de Civilizaciones es una gran oportunidad de contacto y colaboración entre instituciones y sociedad civil internacional para desarrollar un trabajo acerca de los desafíos entre pueblos. “A Common Word” ha abierto un nuevo ciclo de relaciones entre teólogos cristianos y doctos del mundo islámico basado en el mandamiento del amor a Dios y al prójimo. Cristianos y musulmanes deben ser consecuentes con su responsabilidad de gestión y testimonio de una perspectiva de paz concreta que se debe realizar en cada región de la Tierra en el recuerdo del amor a Dios y al prójimo. En Europa e Italia hemos promovido el tratamiento de estos temas a nivel educativo y juvenil y hemos insertado estos contenidos también en los proyectos de formación para la integración de inmigrantes musulmanes y las nuevas generaciones.
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FELIZ NAVIDAD
2010
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