Boletín
Comunidad Ecuménica Horeb-Carlos de
Foucauld
Nº 25-Septiembre 2012
http://horeb-foucauld.webs.com
21 de Septiembre
Jornada de oración por la Paz
Para edificar la paz
se requiere ante todo que se desarraiguen las causas de discordia entre los
hombres, que son las que alimentan las guerras. Entre esas causas deben
desaparecer principalmente las injusticias. No pocas de éstas provienen de las
excesivas desigualdades económicas y de la lentitud en la aplicación de las
soluciones necesarias. Otras nacen del deseo de dominio y del desprecio por las
personas, y, si ahondamos en los motivos más profundos, brotan de la envidia,
de la desconfianza, de la soberbia y demás pasiones egoístas. Como el hombre no
puede soportar tantas deficiencias en el orden, éstas hacen que, aun sin haber
guerras, el mundo esté plagado sin cesar de luchas y violencias entre los
hombres. Como, además, existen los mismos males en las relaciones
internacionales, es totalmente necesario que, para vencer y prevenir semejantes
males y para reprimir las violencias desenfrenadas, las instituciones
internacionales cooperen y se coordinen mejor y más firmemente y se estimule
sin descanso la creación de organismos que promuevan la paz.
Concilio Vaticano II, Constitución sobre la Iglesia en el mundo
actual “Gaudium et Spes” , nº
83.
El 21 de septiembre se
celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Paz. La Asamblea General ha declarado que este es un día
dedicado a fortalecer los ideales de la paz, tanto en el seno de todos los
pueblos y naciones como entre ellos.
En el Preámbulo de
la Carta de las Naciones Unidas se afirma que la Organización se fundó para
prevenir y resolver los conflictos internacionales y ayudar a crear en el mundo
una cultura de paz.
La paz y la democracia
están vinculadas íntimamente. Juntas constituyen una alianza que promueve el
bienestar de todos. La democracia, consagrada en la Declaración
Universal de Derechos Humanos, sustenta un entorno propicio para el
disfrute de innumerables derechos políticos y libertades civiles.
En armonía con el tema
del Día se está produciendo en el mundo un fenómeno extraordinario. En todas
partes, las jóvenes y los jóvenes están demostrando el poder de la solidaridad
acercándose unos a otros y manifestándose unidos en favor del objetivo común de
la dignidad y los derechos humanos. Este impulso poderoso trae consigo la
posibilidad de crear un futuro en paz y democracia. Une tu voz a la de ellos.
Hay muchas formas de
participar en las prácticas democráticas, por ejemplo, interviniendo en un
diálogo sobre los procesos constitucionales, promoviendo el empoderamiento de
la sociedad civil, contribuyendo a la lucha por la igualdad entre los géneros y
contra la discriminación, coadyuvando a la educación cívica y fomentando la
inscripción de votantes.
El Día Internacional de
la Paz ofrece a todos los pueblos del mundo una fecha común para organizar
acontecimientos y emprender actividades que pongan de relieve la importancia de
la paz y la democracia en forma útil y realista.
Protagonismo de las mujeres en
el ecumenismo
Nuevos nombramientos en dos
organizaciones cristianas
ROMA, martes 21 agosto 2012 (ZENIT.org).- La búsqueda de la paz y de la reconciliación, la
solidaridad con las personas que sufren algún tipo de discriminación o la
protección de la creación: estos son algunos de los principales campos en los
que las mujeres de las organizaciones ecuménicas contribuyen de una manera decisiva,
y a menudo en posiciones de liderazgo, junto con los hombres.
Una señal en este sentido --señala en su
edición de hoy el diario vaticano L'Osservatore Romano- es la que
ha llegado hace poco desde el Consejo Mundial de las Iglesias (WCC en inglés), la
organización que reúne a más de trescientas comunidades cristianas en el mundo,
con sede en Ginebra, Suiza. Una teóloga africana, Isabel Apawo Phiri,
justamente ha sido incorporada en la dirección como secretaria general adjunta.
Desde allí se dedicará en particular, al servicio referido al testimonio
público y la diaconía. Este es uno de los instrumentos principales a través del
cual la WCC apoya a las poblaciones en las zonas más pobres del planeta, como
un servicio genuino y una misión, en su lucha por la afirmación de la justicia.
En una declaración del secretario general
de la organización ecuménica, el pastor luterano noruego Olav Fykse Tveit, le
ha dado la "bienvenida a la familia ecuménica" a la dama africana,
expresando su confianza de que la nueva secretaria adjunta pueda contribuir a
fortalecer aún más los lazos entre las comunidades religiosas. Para el pastor
Fykse Tveit, su compromiso "en el campo ecuménico y, en particular, sus
contribuciones académicas a la teología y la sensibilidad a las cuestiones
relacionadas con la mujer, no son nuevas. Por ello, el WCC espera beneficiarse
de sus contribuciones y de sus capacidades".
La nueva secretaria general adjunta tendrá
la particular tarea de programar el trabajo en el ámbito del servicio dedicado al
testimonio público y a la diaconía, y de contribuir al desarrollo de las
relaciones entre las distintas comunidades, coordinando también las visitas de
delegaciones ecuménicas.
También en Brasil
Y desde Brasil llega otro importante
reconocimiento del papel fundamental de las mujeres en las comunidades
religiosas y el diálogo. En ocasión de los treinta años de actividad del
Consejo Nacional de Iglesias cristianas de Brasil (Conic), la pastora
evangélica Romi Marcia Bencke, fue nombrada secretaria general de dicho
organismo. Se trata del primer caso en que una mujer ocupa un puesto dentro de
la organización que se adhiere al WCC.
En una entrevista publicada en el sitio web
del WCC, Bencke señaló que "un pedido importante siempre ha sido que las
mujeres ocupen puestos de liderazgo dentro de las organizaciones ecuménicas y
las comunidades religiosas; y el hecho de que haya asumido esta posición puede
ser señal de un pequeño pero significativo cambio en esta dirección". Y
añadió: "He recibido el apoyo de muchos católicos y amigos que han
expresado su alegría por el hecho de que aceptara este desafío".
Educar a los jóvenes cristianos y musulmanes en
la justicia y en la paz


(RV).- Tras haber comenzado –el pasado 19 de julio– el mes del Ramadán, que concluirá el próximo día 18 agosto, también este año el Consejo Pontificio para el Diálogo interreligioso ha hecho público un mensaje dirigido a los “queridos amigos musulmanes”, firmado hoy por el Cardenal Jean-Louis Tauran y por el Arzobispo Pier Luigi Celata, respectivamente Presidente y Secretario de este dicasterio. Mensaje que, en esta ocasión, se ha traducido en 31 lenguas, entre las cuales el urdu, chino, árabe o búlgaro.
En el texto se lee que la celebración del “Id al-Fitr”, que concluye el mes del Ramadán, les da el gozo de presentarles las cordiales felicitaciones del Consejo pontifico para el Dialogo Interreligioso, que se alegra con ellos por este tiempo privilegiado que les ha permitido, mediante el ayuno y otras prácticas de piedad, profundizar en la obediencia a Dios, un valor también fundamental para los cristianos. Por esta razón, explican que este año, les ha parecido oportuno centrar la común reflexión sobre el tema de la educación de los jóvenes cristianos y musulmanes en la justicia y en la paz, que son inseparables de la verdad y de la libertad.
En efecto, en el mensaje a los musulmanes de todo el mundo se recuerda que “si la tarea de la educación está confiada a la sociedad entera, ésta es sobre todo, y de manera particular, obra de los padres y, con ellos, de las familias, de las escuelas y de las universidades, sin olvidar a los responsables de la vida religiosa, cultural, social, económica y del mundo de la comunicación”. A la vez que se añade que se trata de una empresa bella y al mismo tiempo difícil: ayudar a los muchachos y a los jóvenes a descubrir y desarrollar los recursos que el Creador les ha confiado y a establecer relaciones humanas responsables.
Al mismo tiempo, refiriéndose a la tarea de los educadores, en el texto se destaca que Su Santidad el Papa Benedicto XVI ha afirmado recientemente que “Por esto son más que nunca necesarios los auténticos testimonios, y no los meros dispensadores de reglas y de informaciones… Porque el testimonio es el que se vive en primera persona en el camino que propone”. A la vez que también los jóvenes son responsables de la propia educación así como de la propia formación en la justicia y en la paz.
“La justicia –leemos textualmente en este mensaje– es determinada sobre todo por la identidad de la persona humana, considerada en su integridad”; la cual “no puede ser reducida a su dimensión conmutativa y distributiva”. Y se recuerda que “el bien común ¡no puede ser obtenido sin solidaridad y fraternidad!”. Porque “para los creyentes, la justicia auténtica vivida en la amistad con Dios profundiza las relaciones con los demás y con la entera creación”. Mientras “la justicia tiene origen en el hecho de que todos los hombres son creados por Dios y están llamados a formar una sola y única familia”.
Por otra parte, aludiendo al “mundo atormentado en el que vivimos”, en el mensaje se destaca que se hace cada vez más urgente “la educación de los jóvenes a la paz”. Mientras para empeñarse de forma adecuada, “se debe comprender la verdadera naturaleza de la paz que no se limita a la ausencia de la guerra, ni al equilibrio de las fuerzas contrapuestas, sino que es, al mismo tiempo, un don de Dios, y obra humana, que se debe construir sin cesar”. Porque como se reafirma la paz “es fruto de la justicia y un efecto de la caridad”. De ahí que se haga hincapié en la importancia de que “los creyentes sean siempre activos” en las comunidades a las que pertenecen, poniendo en práctica “la compasión, la solidaridad, la colaboración y la fraternidad”, para “contribuir eficazmente a recoger los grandes desafíos de la hora presente: crecimiento armonioso, desarrollo integral, prevención y resolución de conflictos, por citar sólo algunos”.
Por último, el Consejo Pontificio para el Diálogo interreligioso manifiesta su deseo de “alentar a los jóvenes musulmanes y cristianos que tendrán a bien leer este mensaje, a cultivar siempre la verdad y la libertad, para ser auténticos heraldos de justicia y de paz, y constructores de una cultura respetuosa de los derechos y de la dignidad de todo ciudadano”. Y mientras los invitan “a tener la paciencia y la tenacidad necesarias para realizar estos ideales, sin jamás recurrir a compromisos ambiguos, atajos engañosos o medios poco respetuosos de la persona humana”, se reafirma que “sólo hombres y mujeres sinceramente convencidos de estas exigencias podrán construir sociedades en las que la justicia y la paz se conviertan en realidad”.
(María Fernanda Bernasconi – RV).


(RV).- Tras haber comenzado –el pasado 19 de julio– el mes del Ramadán, que concluirá el próximo día 18 agosto, también este año el Consejo Pontificio para el Diálogo interreligioso ha hecho público un mensaje dirigido a los “queridos amigos musulmanes”, firmado hoy por el Cardenal Jean-Louis Tauran y por el Arzobispo Pier Luigi Celata, respectivamente Presidente y Secretario de este dicasterio. Mensaje que, en esta ocasión, se ha traducido en 31 lenguas, entre las cuales el urdu, chino, árabe o búlgaro.
En el texto se lee que la celebración del “Id al-Fitr”, que concluye el mes del Ramadán, les da el gozo de presentarles las cordiales felicitaciones del Consejo pontifico para el Dialogo Interreligioso, que se alegra con ellos por este tiempo privilegiado que les ha permitido, mediante el ayuno y otras prácticas de piedad, profundizar en la obediencia a Dios, un valor también fundamental para los cristianos. Por esta razón, explican que este año, les ha parecido oportuno centrar la común reflexión sobre el tema de la educación de los jóvenes cristianos y musulmanes en la justicia y en la paz, que son inseparables de la verdad y de la libertad.
En efecto, en el mensaje a los musulmanes de todo el mundo se recuerda que “si la tarea de la educación está confiada a la sociedad entera, ésta es sobre todo, y de manera particular, obra de los padres y, con ellos, de las familias, de las escuelas y de las universidades, sin olvidar a los responsables de la vida religiosa, cultural, social, económica y del mundo de la comunicación”. A la vez que se añade que se trata de una empresa bella y al mismo tiempo difícil: ayudar a los muchachos y a los jóvenes a descubrir y desarrollar los recursos que el Creador les ha confiado y a establecer relaciones humanas responsables.
Al mismo tiempo, refiriéndose a la tarea de los educadores, en el texto se destaca que Su Santidad el Papa Benedicto XVI ha afirmado recientemente que “Por esto son más que nunca necesarios los auténticos testimonios, y no los meros dispensadores de reglas y de informaciones… Porque el testimonio es el que se vive en primera persona en el camino que propone”. A la vez que también los jóvenes son responsables de la propia educación así como de la propia formación en la justicia y en la paz.
“La justicia –leemos textualmente en este mensaje– es determinada sobre todo por la identidad de la persona humana, considerada en su integridad”; la cual “no puede ser reducida a su dimensión conmutativa y distributiva”. Y se recuerda que “el bien común ¡no puede ser obtenido sin solidaridad y fraternidad!”. Porque “para los creyentes, la justicia auténtica vivida en la amistad con Dios profundiza las relaciones con los demás y con la entera creación”. Mientras “la justicia tiene origen en el hecho de que todos los hombres son creados por Dios y están llamados a formar una sola y única familia”.
Por otra parte, aludiendo al “mundo atormentado en el que vivimos”, en el mensaje se destaca que se hace cada vez más urgente “la educación de los jóvenes a la paz”. Mientras para empeñarse de forma adecuada, “se debe comprender la verdadera naturaleza de la paz que no se limita a la ausencia de la guerra, ni al equilibrio de las fuerzas contrapuestas, sino que es, al mismo tiempo, un don de Dios, y obra humana, que se debe construir sin cesar”. Porque como se reafirma la paz “es fruto de la justicia y un efecto de la caridad”. De ahí que se haga hincapié en la importancia de que “los creyentes sean siempre activos” en las comunidades a las que pertenecen, poniendo en práctica “la compasión, la solidaridad, la colaboración y la fraternidad”, para “contribuir eficazmente a recoger los grandes desafíos de la hora presente: crecimiento armonioso, desarrollo integral, prevención y resolución de conflictos, por citar sólo algunos”.
Por último, el Consejo Pontificio para el Diálogo interreligioso manifiesta su deseo de “alentar a los jóvenes musulmanes y cristianos que tendrán a bien leer este mensaje, a cultivar siempre la verdad y la libertad, para ser auténticos heraldos de justicia y de paz, y constructores de una cultura respetuosa de los derechos y de la dignidad de todo ciudadano”. Y mientras los invitan “a tener la paciencia y la tenacidad necesarias para realizar estos ideales, sin jamás recurrir a compromisos ambiguos, atajos engañosos o medios poco respetuosos de la persona humana”, se reafirma que “sólo hombres y mujeres sinceramente convencidos de estas exigencias podrán construir sociedades en las que la justicia y la paz se conviertan en realidad”.
(María Fernanda Bernasconi – RV).